Читать книгу Más allá de las caracolas онлайн
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—¿Quieres que pasemos aquí otra noche o prefieres que regresemos?
—Me encantaría quedarme otra noche, pero creo que será mejor que volvamos.
—¿Lo dices por mi madre y tus perros?
—Sí, no debemos abusar de Amanda y Lucía.
—No, no te preocupes en absoluto por eso. Ellas lo hacen muy gustosas. En realidad, no nos esperan hasta mañana.
—¿Ah, sí? Entonces ¿para qué me preguntas?
—A lo mejor no te apetecía… Tenía que preguntar.
—¿Me estás tomando el pelo? —inquirí con sorna.
—No —respondió intentando contener la risa—. Es que soy muy respetuosa con eso de la edad. Es posible que estés cansada y no quiero empeorar tu artrosis.
—¿Otra vez jugueteando conmigo? —repliqué soltando una carcajada a la vez que, tumbándola sobre la rampa, comencé a besarla y acariciarla.
Nina, riéndose conmigo, me abrazó y empezó también a acariciar mi espalda. La miré.
—Eres preciosa. ¿Sabes que estoy loca por ti?
—Claro, era eso… Ya había notado yo algo raro.
Tras su frase, continuó acariciando mi espalda y, colocando una de sus piernas entre las mías, me abrazó con fuerza y me dio la vuelta hasta situarme debajo de ella. Me miró, besó mi boca, después mi cuello para susurrarme al oído: