Читать книгу Más allá de las caracolas онлайн
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—Prometo tomármelo muy en serio, porque sé que lo es. También sé que no va resultarme fácil y no sé si tendré la capacidad, la paciencia y la disciplina que intuyo que son necesarias para llegar a la meta.
—No te pongas metas, mi cielo. No hay metas. Solo hay evolución, transformación… Imagina a un viajero que quiere llegar a un lugar determinado que desea conocer. Puede hacer dos cosas, viajar lo más rápido que pueda con la obsesión de llegar cuanto antes, sin poner atención en nada más, o viajar con serenidad y con la mente despierta para aprender y disfrutar de cada etapa del viaje. En el primer caso, solo importa la meta. En el segundo, lo importante es el viaje. Me gustaría que tú hicieras el viaje.
—¿Crees de verdad que puedo ser ese tipo de viajera?
—Estoy completamente segura. Lo supe el mismo día que te conocí. Tienes capacidad para ello. Estás en la escala vibratoria correcta para iniciar ese camino, pero la paciencia y la disciplina tendrás que trabajarlas mucho. Tienes que aprender a ser paciente. La luz solo llega cuando amanece. La impaciencia puede llevarte a la dispersión. He observado que tienes una curiosidad innata, que en sí misma es muy positiva, pero siempre que la controles y no te desborde. Si te interesan muchas cosas, puede ser que te impacientes y esa impaciencia puede lograr que te cueste concentrar tu energía en un solo objetivo y te disperses, con lo cual estarías desperdiciando tu fuerza y tu eficacia.