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Se despidió y se fue. Así que la idea de hacer una residencia en cirugía y luego ir a la Patagonia, quedaba en pie. De todos modos, en Puiggari ya había tres médicos: Westphal, Hammerly y Drachenberg. Pocas semanas después, fue a visitarnos el Dr. Marcelo Hammerly, vicedirector del Sanatorio Adventista del Plata, y me dijo:

–La Junta Directiva del sanatorio votó una invitación para que, en cuanto usted se gradúe, venga de inmediato a Puiggari y trabaje allí algunos meses. Entonces lo becaremos para que venga dos años nuevamente a Buenos Aires para especializarse en cirugía.

¡Me pareció maravilloso! ¡Dos años becado por el sanatorio para aprender cirugía! Y comencé a pensar: “Voy a ir con el Dr. Ricardo Finochietto a la Escuela Quirúrgica Municipal para Graduados, que él dirige en el Hospital Rawson, de Buenos Aires”.

En julio de 1954 rendí mi última asignatura. Y tal como me lo había pedido el Dr. Hammerly (“venga de inmediato a Puiggari”), así lo hicimos. Viajamos en ómnibus y cuando llegamos, entendimos el por qué de tanta urgencia. El Dr. Westphal se había jubilado, el Dr. Hammerly había viajado a los Estados Unidos para tener un merecido año de estudios y actualización. En el sanatorio quedaba solo un médico: Carlos Emilio Drachenberg. Y cuando yo llegué, ¡ya éramos dos!

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