Читать книгу Sin miedos ni cadenas. Lecturas devocionales para damas онлайн

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Cuando digo que Dios a veces nos regala el fracaso, no estoy hablando de enterrar nuestros talentos bajo una fina capa de miedo y falsa modestia; eso no le serviría a nadie. Estoy hablando de algo mucho más difícil: reconocer nuestras intenciones. ¿Estoy tratando de vencer el pecado, de ayudar a los demás y usar mi influencia para servir, o de ganar una corona de laureles?

Dios quiere que busquemos la fama superior, la corona celestial e incorruptible. ¿Dónde prefieres ser famosa: en la Tierra o en el cielo? Elegir la popularidad aquí, en la Tierra, es como cambiar oro por espejitos de colores. ¿Estás dispuesta a sacrificar tu reputación, como María; tu dinero, como Mateo; o tu prestigio, como Pablo, para ser famosa en el cielo? Pongamos el éxito del mundo en el altar y recibamos con gratitud el don del fracaso, si este nos acerca más a Dios.

Señor, protégeme del éxito que no me conviene, de lo que me haría hincharme como un sapo y olvidarme de ti. Te doy permiso para desbaratar mis torres de Babel, mis planes vanos. Dame sabiduría para reconocer qué trofeos realmente vale la pena ganar. Ayúdame a vivir buscando solamente el aplauso del cielo.

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