Читать книгу Nuestro maravilloso Dios онлайн

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Según nos cuenta Charles Colson, el día de la ejecución Dostoievski y sus amigos fueron colocados en frente del pelotón de fusilamiento, listos para ser abatidos. Pero su sorpresa fue mayúscula cuando, en lugar de disparos, lo que escucharon fue el sonido de tambores en señal de retirada. ¿Qué había sucedido? El Zar había cambiado la sentencia: en lugar de ser fusilados, irían al exilio en Siberia. Dice el relato que desde un principio la intención del Zar no era fusilarlos, sino hacerlos escarmentar. Sin embargo, el impacto de esa experiencia fue tan grande que, en una carta a su hermano, Dostoievski escribió: “He renacido para una nueva vida, hermano. Juro que nunca perderé la esperanza y que mantendré mi alma y mi corazón puros” (The Good Life, p. 23).

Lo que Dostoievski nunca imaginó fue que en Siberia le esperaba una experiencia aún más significativa, una que lo impactaría por el resto de su vida. Al llegar al lugar de su exilio, sin que los guardias se percataran, dos mujeres colocaron en sus manos un ejemplar del Nuevo Testamento. Según contó su hija Aimee, el gran escritor encontró en la Palabra de Dios la paz y el consuelo que su corazón tanto anhelaba. Dice ella que lo leyó de tapa a tapa y memorizó pasajes, razón por la cual la influencia de la Escritura se deja ver en algunas de sus obras.

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