Читать книгу Nuestro maravilloso Dios онлайн
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Ya puedes imaginar por qué esas palabras me dejaron pensando. ¿Por quiénes yo daría mi vida? En esa lista hay varios nombres, pero no muchos.
Luego pensé: ¿Por quiénes daría yo la vida de mis hijos? Esta pregunta, en comparación con la anterior, fue muy fácil de responder: ni siquiera tengo que pensarlo. ¡En esta lista no habría ningún nombre! ¿Quién en su sano juicio daría la vida de un hijo para que otra persona viva?
Y ahora la tercera pregunta: ¿Por quiénes entregó Dios la vida de su único Hijo? Esta es la tercera lista; la lista de Dios. En ella están los nombres de todos los seres que han nacido en este mundo. Están los nombres de los patriarcas, de los profetas, de los discípulos, y los nombres de los hombres y las mujeres que a lo largo de los siglos vivieron para servir a Dios y a la humanidad. También están los nombres de Judas, Caifás, Nerón, Hitler, y de todos los que hoy preferimos que nunca hubieran nacido. ¿No es esto asombroso?
todo aquel
¡Bendito sea el nombre de Dios!