Читать книгу Nuestro maravilloso Dios онлайн

88 страница из 175

¿Sabes lo que significa la palabra “oxímoron”? Básicamente, significa usar dos términos aparentemente contradictorios para dar lugar a un nuevo sentido: un silencio atronador, una tensa calma, un instante eterno.

He aquí un ejemplo más: un cristiano triste. ¿No es esta una contradicción de términos? No me refiero al hecho de que en ocasiones podamos estar tristes. Quiero decir, más bien, que no se espera que el cristiano pase por este mundo mirando solo el lado negativo y triste de la vida.

¡Así es! ¿Puede vivir bajo una nube negra quien tiene a Dios por Padre y a Cristo como amigo y Salvador? ¡Imposible! ¿Por qué, entonces, esparcimos tanta tristeza a nuestro alrededor? ¿Por qué con tanta frecuencia miramos el lado negativo de las cosas y nos quejamos de todo y por todo? ¿No podríamos, por ejemplo, mirar más a menudo el lado bueno de las cosas, reír un poco más y difundir más alegría a nuestro alrededor?

Esto último me recuerda un relato que narra Allen Klein acerca de un hombre que siempre se quejaba por todo (The Healing Power of Humor, p. 78). Cuando la esposa le traía jugo de naranja, él decía que lo quería de uvas. Cuando le servía pan con mantequilla, él lo quería con mermelada. Cuando le servía huevos fritos, él los quería hervidos.

Правообладателям