Читать книгу Schopenhauer como educador онлайн
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La explicación de esta lasitud y del bajo nivel de todas las fuerzas morales es difícil y complicada; pero nadie que considere la influencia del cristianismo victorioso sobre la moralidad del mundo antiguo debería pasar por alto igualmente los efectos del retroceso del cristianismo, esto es, su destino cada vez más probable en nuestro tiempo. El cristianismo superó de tal modo, dada la altura de su ideal, los antiguos sistemas de moral y el carácter natural dominante en todos ellos, que frente a esa condición natural, y contra ella, se vivió un proceso de embotamiento y de náusea; posteriormente, sin embargo, aun reconociendo lo mejor y más alto, en la imposibilidad ya de cumplirlo, por mucho que se quisiera volver a la virtud antigua ya no resultaba posible. En este vaivén entre cristianismo y Antigüedad, entre un tímido o hipócrita cristianismo de las costumbres y una imitación no menos pusilánime y desconcertada de lo antiguo vive el hombre moderno y no se encuentra nada bien. El temor heredado ante lo natural y, a la vez, la renovada atracción de lo natural; el deseo de encontrar en algún punto un asidero; la impotencia de su conocimiento, que oscila entre lo bueno y lo mejor: todo ello genera en el alma moderna un desasosiego y una confusión que la llevan a un vivir estéril y poco alegre. Nunca se necesitó tanto de educadores morales y nunca fue tan improbable encontrarlos; en las épocas en las que los médicos resultan más necesarios, en las grandes pestes, es cuando, a la vez, mayor peligro corren. Porque ¿dónde están los médicos de la humanidad moderna, unos médicos tan fuertes y sanos sobre sus propios pies como para sostener y llevar de la mano a otros? Una especie de ensombrecimiento y letargo ha caído sobre las personalidades más notables de nuestro tiempo, un eterno descontento provocado que hunde sus raíces en la lucha entre la simulación y la honradez que se libra en sus pechos, un desasosiego en la confianza en ellos mismos... lo que les incapacita por completo para oficiar de guía y adiestrador a un tiempo de otros.