Читать книгу Ni una boda más онлайн
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Cayó y se deslizó de hocico por el lodo. Pataleaba con las patas traseras intentando detenerse.
Ford sacudió la cabeza, rio y enderezó al cachorro.
–Amigo, te caíste. Eso requiere cierta recalibración, pero primero tienes que volver a poner las patas debajo de ti. ¿No es mejor así?
El cachorro le lamió el brazo y dejó un rastro pegajoso antes de echar a correr tras sus hermanos. Su ladrido quejumbroso parecía decir ¿Cómo se atreven a dejarme atrás?
Cuando regresaron a la camioneta, Ford revisó el reloj del tablero.
Debido al incendio y al retraso de la sesión de entrenamiento, no había tenido tiempo de ducharse o cambiarse para la noche de póquer. Menos mal que sus compañeros lo aguantaban, limpio o no.
También sería la oportunidad perfecta para socializar a los cachorros con la gente y con Flash, el perro de Tucker. Con la mente despejada, Ford condujo la corta distancia hasta la casa flotante y se estacionó junto a la fila de camionetas.
–¿Se van a portar bien? –les preguntó a los cachorros.