Читать книгу Ni una boda más онлайн
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Tucker puso su mano en el antebrazo de Ford.
–¿Qué te parece si evito que te demanden?
–Cómo si me fuera a demandar –murmuró Ford–. Si realmente se lo enseñara, Murph enterraría mi cuerpo en una fosa y nunca nadie más me encontraría.
–Es verdad –repusieron a la vez Easton y Shep, y Addie sonrió como si fuera el mejor cumplido que había recibido.
–Ayyy, gracias, chicos. Yo también los quiero.
Comenzaron la primera ronda de póquer y, después de tomar un trago de cerveza, Ford giró el cuello y se olió la axila. No olía tan mal. Solo a desodorante usado y una saludable dosis de humo.
–Escuché que hubo un incendio en la Pastelería Maisy hoy –dijo Shep, probablemente por el olor de la evidencia.
–Es cierto, ¿cómo estuvo? –Addie lanzó un par de fichas de póquer al centro de la mesa–. Los rumores oscilan entre una llamada falsa y un infierno ardiente donde salvaste a mujeres y niños, pero un término medio parece más acertado.
–Fue un caso fácil. No hubo heridos y el fuego estaba contenido en el horno, así que lo desenchufé. Luego Darius y yo lo llevamos al callejón para que se enfriara –igualó la apuesta de Addie y su mente voló hacia la intrigante mujer responsable de la llamada de emergencia de hoy–. Y… uh, conocí a la hermana de Maisy. ¿Alguien la conoce? –todos lo estudiaban, entrecerrando los ojos como rendijas. El juego se hizo lento–. ¿Qué? Es solo curiosidad, pensé que tal vez ustedes la conocían de antes.