Читать книгу Ni una boda más онлайн

62 страница из 106

El cachorro con TDAH de inmediato mordió la oreja de su hermana, así que no. Como para entrar a la casa flotante era necesario recorrer una pasarela de madera, Ford levantó a las tres bolas de pelo y las llevó al interior, seguido por Pyro.

A pesar de que apenas había espacio para dos personas y un perro, y no para un grupo de tipos con perros, los chicos los recibieron con gusto.

–Espero que no les importe –dijo al tiempo que deslizaba la puerta corrediza de la cubierta. Dejó afuera a los cuatro pastores alemanes. Por suerte, Tucker había puesto una barandilla a prueba de cachorros para su labrador blanco, que ya casi era un perro adulto.

Flash saludó a los recién llegados con un ladrido de emoción. En apariencia y en personalidad, él y Pyro eran polos opuestos, pero se llevaban bien.

Pyro ya tiene a quien ponerle los ojos en blanco.

Después de asegurarse de que no había ninguna agresión con los nuevos cachorros, Ford cerró la puerta de cristal y dejó abierta apenas una rendija. Luego caminó por el estrecho pasillo que separaba la cocina de la sala de estar y se instaló en su lugar habitual en la mesa circular.

Правообладателям