Читать книгу Hay quienes eligen la oscuridad (versión latinoamericana). Cinco mujeres desaparecidas y ningún culpable онлайн

15 страница из 70

Respiró hondo, se acomodó las gafas sobre el rostro y se le acercó.

—¿Señor Byrd?

—Sí —respondió el hombre—. ¿Rory?

Desde su estatura de más de un metro ochenta, contempló el metro cincuenta y ocho de Rory, aguardando una confirmación. Ella no se la dio.

—Veamos qué es lo que tiene —dijo señalando la caja con la muñeca de porcelana antes de dirigirse al sector central de la biblioteca.

El señor Byrd la siguió hasta una mesa en un rincón. Había poca gente en la biblioteca a esa hora de la tarde. Rory palmeó la mesa y el señor Byrd apoyó la caja sobre la superficie.

—¿Cuál es el problema? —quiso saber Rory.

—Esta muñeca es de mi hija. Fue un regalo cuando cumplió cinco años y siempre estuvo impecable.

Rory se inclinó sobre la mesa para poder ver mejor la muñeca a través del plástico transparente de la parte superior de la caja. La cara de porcelana estaba rajada en el medio; la rajadura comenzaba a la altura del cabello, cruzaba el ojo izquierdo y bajaba por la mejilla.

—Se me cayó —se lamentó el señor Byrd—. No puedo creer que se me haya roto.

Правообладателям