Читать книгу Hay quienes eligen la oscuridad (versión latinoamericana). Cinco mujeres desaparecidas y ningún culpable онлайн

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La presencia de Rory en la biblioteca demostraba lo erróneo del razonamiento del señor Byrd, ya que Ron Davidson había sido el que la había convencido para que viniera.

El señor Byrd la miró.

—Mire, esto no es algo armado. El otro día tomé la muñeca de Camille porque extrañaba tremendamente a mi hija y sentí la necesidad de sujetar algo que me hiciera recordarla. Se me cayó y se rompió. No me atreví a contárselo a mi esposa porque me siento culpable y sé que a ella la deprimiría mucho. Esta muñeca fue la preferida de mi hija durante toda su infancia. Así que, por favor, créame que quiero que la restaure. Pero el detective Davidson me habló de lo reconocida que es usted en esta ciudad y en otras por su trabajo de reconstrucción forense. Estoy dispuesto a pagarle lo que sea necesario para que reconstruya el crimen y encuentre al asesino que le quitó la vida a mi hija.

La mirada del señor Byrd penetró la armadura protectora de Rory, lo que fue demasiado para ella. Se puso de pie, tomó la caja de la muñeca y se la colocó debajo del brazo.

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