Читать книгу Hay quienes eligen la oscuridad (versión latinoamericana). Cinco mujeres desaparecidas y ningún culpable онлайн

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La reunión de hoy requería más atención de lo normal, ya que era un favor que le hacía al detective Ron Davidson, que no solo era un buen amigo, sino también su jefe. Como este era un trabajo adicional que hacía, o como a muchos les gustaba decir (para fastidio de ella) un “pasatiempo”, de algún modo la hacía sentirse honrada que Davidson se lo hubiera pedido. No todos comprendían la personalidad complicada de Rory Moore, pero con el paso de los años, Ron Davidson había penetrado la armadura y se había ganado su admiración. Si él le pedía un favor, Rory no lo pensaba dos veces.

Al atravesar las puertas de entrada, reconoció de inmediato la muñeca Kestner de porcelana que estaba dentro de una caja alargada en brazos del hombre que aguardaba en el vestíbulo. En un abrir y cerrar de ojos, la mente de Rory evaluó al caballero con la velocidad de un rayo: cincuenta y tantos años, rico, profesional (empresario, médico o abogado), bien afeitado, zapatos lustrados, chaqueta deportiva sin corbata. Descartó la opción de médico o abogado. Era un empresario pequeño. Seguros, o algo similar.

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