Читать книгу Hay quienes eligen la oscuridad (versión latinoamericana). Cinco mujeres desaparecidas y ningún culpable онлайн
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La niña sonrió.
—¿Me dejarás pintar a mí sola?
—Sí. Ya es hora de que aprendas.
—¡Lo haré bien, te lo prometo! —le aseguró antes de entrar corriendo en la casa.
La mujer aguardó un instante, hasta que oyó tintinear los platos cuando la niña tendió la mesa. Entonces se puso de pie, ordenó prolijamente el ramillete de rosas, bajó los escalones y cruzó la pradera detrás de la casa. El sol se ponía y los abedules arrojaban sombras que se cruzaban en su camino.
Mientras caminaba, se llevó las flores a la nariz e inhaló el dulce perfume de las rosas.
PARTE I EL LADRÓN
CAPÍTULO 1
Chicago, 30 de septiembre de 2019
LOS DOLORES EN EL PECHO habían comenzado el año anterior. En ningún momento hubo dudas sobre el origen: los provocaba el estrés, y los médicos le aseguraron que no le causarían la muerte. Pero el episodio de esta noche era particularmente angustiante; se había despertado bañado en sudor nocturno. Cuanto más se esforzaba por inhalar, más se sofocaba. Se sentó en la cama y luchó contra la sensación de ahogo. Por experiencia, sabía que el episodio pasaría. Buscó el envase de aspirinas que tenía en la gaveta de la mesa de noche y se colocó una debajo de la lengua, junto con una tableta de nitroglicerina. Diez minutos más tarde, los músculos del tórax se le relajaron y los pulmones pudieron expandirse.