Читать книгу Hay quienes eligen la oscuridad (versión latinoamericana). Cinco mujeres desaparecidas y ningún culpable онлайн

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—Qué pena pasar otra noche dentro —comentó Thomas—. Todo el año esperando que se vaya el invierno, y terminamos metidos aquí de todas maneras.

—Últimamente he estado fuera todo el tiempo —dijo Bill Blackwell, el esposo de Catherine—. Uno de los capataces renunció hace un par de semanas. Tuve que hacerme cargo de sus equipos, así que no tengo ningún problema en tomarme un descanso del calor.

—¿Todavía no contratamos a nadie para que lo reemplace? —preguntó Thomas.

Thomas y Bill eran socios en la empresa: construían cimientos de casas nuevas y losas de hormigón para playas de aparcamiento industriales y garajes cubiertos. Habían comenzado a los veinte años y ahora tenían una empresa mediana, con empleados sindicalizados.

—Ya envié un pedido a la agencia de empleos local y se están ocupando, pero hasta que contratemos a alguien, estoy a cargo de los empleados, lo que significa que me paso el día entero al aire libre. Y con temperaturas de 34 grados, estoy feliz de cenar adentro esta noche.

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