Читать книгу Hay quienes eligen la oscuridad (versión latinoamericana). Cinco mujeres desaparecidas y ningún culpable онлайн

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Bill se llevó la mano al cuello.

—El aerosol para los mosquitos me provocó una reacción alérgica —explicó.

Thomas mantuvo la mano sobre el hombro de Angela, en un intento por atraerla a la conversación. Ella cubrió la mano de él con la suya y esbozó una sonrisa forzada.

—No sé si los aerosoles sirven para ahuyentar vampiros —comentó.

Esto hizo reír al grupo. Angela trató de participar de la conversación, pero tenía la imagen de la periodista grabada en la mente y no podía concentrarse en otra cosa que no fueran las mujeres que habían desaparecido ese verano.

CHICAGO

Agosto de 1979

UNA VEZ QUE LOS INVITADOS se fueron, Angela cerró la bolsa de basura y la ató. Su esposo se secó la frente con el antebrazo mientras lavaba los platos en el fregadero. Recibir gente era una experiencia nueva para ella, algo a lo que todavía se estaba adaptando. Antes de conocer a Thomas, nunca había tenido amigos cercanos ni de ninguna otra clase. Había pasado la vida excluida de las normas sociales. Los recuerdos vívidos de la niñez le recordaban por qué las amistades tradicionales eran imposibles.

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