Читать книгу Hay quienes eligen la oscuridad (versión latinoamericana). Cinco mujeres desaparecidas y ningún culpable онлайн
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Respiró hondo y recorrió el callejón con la mirada. Un poste de luz iluminaba el final de la calle y arrojaba sombras de ramas oscilantes sobre el pavimento. En su mente, imaginó una visión satelital de los límites de la ciudad y ubicó el callejón periférico en el que se encontraba. Sus pensamientos pasaron al meticuloso diagrama que había creado, con puntos rojos en las zonas donde habían sido secuestradas las mujeres. Había marcado con resaltador amarillo el área que unía todos los puntos. Su vecindario estaba muy por fuera del pentágono coloreado.
El temblor interno se le transmitía a las manos; se inclinó, recogió la tapa del contenedor y la dejó caer en su lugar antes de entrar corriendo al jardín y a la cocina. Thomas había terminado con los platos y se oía el televisor encendido en un partido de los Cubs. Se asomó para espiar y vio a su esposo echado hacia atrás en el sillón reclinable, lo que significaba que pronto comenzaría a roncar. Sintiendo un hormigueo de adrenalina en las puntas de los dedos, se dirigió al dormitorio y se arrodilló a los pies de la cama. Abrió el baúl y extrajo el montón de recortes de periódicos y el mapa de la ciudad.