Читать книгу Hay quienes eligen la oscuridad (versión latinoamericana). Cinco mujeres desaparecidas y ningún culpable онлайн

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Había pasado toda la velada reprimiendo sus necesidades obsesivo-compulsivas. El control sobre sí misma, recientemente aprendido, le había sido de gran utilidad. Le había abierto la puerta a un mundo nuevo con Thomas y permitido forjar una amistad con Catherine. Pero Angela sabía que no podía ignorar por completo las necesidades de su mente ni las exigencias de su sistema nervioso central, que le pedía a gritos que organizara, armara listas y desarmara todo aquello a lo que no le encontraba sentido. Angela veía las cosas rectas y ordenadas, con afilados ángulos de noventa grados, o en total y absoluto desorden. El llamado de su mente a ordenar rigurosamente todo aquello que se no ordenaba por su propia cuenta había sido siempre muy fuerte y difícil de desoír. Pero últimamente, ese llamado era un grito que le resultaba ensordecedor. La idea de que hubiera un hombre que eludía a la policía y tenía paralizada a toda una ciudad era la definición misma del caos. Y desde que el hombre al que las autoridades llamaban El Ladrón se le había metido en la cabeza, la mente afilada e implacable de Angela no había podido pensar en otra cosa.

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