Читать книгу 100 Clásicos de la Literatura онлайн
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Por último, como máxima alabanza de la sabiduría, digo de ella que es madre de todo principio, cualquiera que sea, diciendo que con ella empezó
Dios el mundo y especialmente el movimiento del cielo, el cual todas las cosas engendra y del cual toma origen y es movido todo movimiento, al decir: fue por Aquél pensada que creó el universo; esto es, por decir que en el divino pensamiento, que es ese intelecto, estaba ella cuando hizo el mundo. De donde se sigue que ella lo hizo; y por eso dijo Salomón en los Proverbios, por boca de la sabiduría: «Cuando Dios ordenaba los cielos, yo estaba presente; cuando con cierta ley y con cierto giro vallaba los abismos; cuando arriba detenía el éter y suspendía las fuentes de las aguas; cuando señalaba su límite al mar, y ponía una ley a las aguas para que no pasasen sus confines; cuando echaba cimientos de la tierra, yo estaba con Él disponiendo las cosas todas y me deleitaba diariamente».
¡Oh, peor que muertos, los que huís de la amistad de Ella! Abrid los ojos y mirad que, antes que vosotros existieseis, Ella fue vuestra amante, acomodando y ordenando vuestra formación; y luego que fuisteis hechos, para enderezaros a vuestra semejanza, vino a nosotros. Y si todos no podéis venir a su presencia, honradla en sus amigos y obedeced sus mandamientos, pues que os anuncian la voluntad de esta Emperatriz eterna. No cerréis los oídos a Salomón, que tal os dice al decir que «el camino de los justos es como luz esplendorosa que sigue y crece hasta el día de la bienaventuranza», yendo tras ellos, contemplando sus obras, que deben seros luz en el camino de esta brevísima vida. Y aquí se puede terminar el verdadero sentido de la presente canción.