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Digo, pues, que ahora esta primera parte se divide en dos, en la primera de las cuales se exponen las opiniones ajenas; en la segunda se rechazan aquéllas; y comienza esta segunda parte: Quien define: El hombre es un leño con alma.

Además, lo que queda de la primera parte tiene dos miembros: el primero es la definición de la opinión del emperador; el segundo es la variación de la opinión de la gente vulgar que esta desnuda de toda razón; y comienza este segundo miembro: Y hubo otro de saber aún más liviano. Digo, pues: Uno imperó, es decir, ejerció el mando imperial. Donde se ha de saber que Federico de Suabia, último emperador de los romanos -último digo con relación al tiempo presente, no obstante Rodolfo, Adolfo y Alberto hayan sido elegidos después de su muerte y de la de sus descendientes-, preguntado qué era nobleza, respondió que «antigua riqueza y buenos hábitos». Y digo que hubo otro de saber aún más liviano, que, reflexionando y retocando esta definición en todas sus partes, borró la última partícula, es decir, «los buenos hábitos», y se atuvo a la primera; conforme a lo que parece poner en duda el texto, tal vez por no tener los buenos hábitos, no queriendo perder el nombre de nobleza, la definió según para él hacía, es decir, posesión de antigua riqueza. Y digo que esta opinión es la de casi todos, al decir que detrás de éste van todos aquellos que consideran noble al que es de progenie que de antiguo ha gozado de riqueza, como quiera que casi todos ladran así.

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