Читать книгу 100 Clásicos de la Literatura онлайн

1170 страница из 1361

Y como la adolescencia tiene veinticinco años de subida a la juventud; y así se termina la senectud a los setenta años.

Mas como la adolescencia no comienza al principio de la vida, tomándola del modo que se ha dicho, sino casi ocho años después, y como nuestra naturaleza se afana por subir, y al descender refrena -porque el calor natural ha venido a menos y puede poco, y el húmedo ha engrosado, no en cantidad, sino en calidad, de modo que es menos vaporoso y consumible-, acaece que, después de la senectud, queda de nuestra vida una cantidad de diez años, sobre poco más o menos.

Y este tiempo se llama senilidad. Como tenemos en Platón, del cual se puede decir que era perfectamente constituido, por su perfección y por la fisonomía, que tomó Sócrates de él cuando por vez primera lo vio, que vivió ochenta y un años, según atestigua Tulio en el de Senectud. Y yo creo que si Cristo no hubiese sido crucificado, y hubiese vivido el tiempo que su vida podía conforme a la naturaleza recorrer, a los ochenta y un años de cuerpo mortal hubiérase transformado en eterno.

Правообладателям