Читать книгу 100 Clásicos de la Literatura онлайн
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A la verdad, como arriba se ha dicho, estas edades pueden ser más largas o más cortas, según nuestra complexión y constitución; mas sean como quieran, parécenle que esta proporción, como se ha dicho, debe conservarse en todas, es decir, haciendo las edades más o menos largas, según la integridad de todo el tiempo de la vida natural. En todas estas edades, esta nobleza, de la cual tan diversamente se habla, muestra sus efectos en el alma ennoblecida; y esto es lo que pretende demostrar esta parte sobre la cual escribimos ahora.
Donde se ha de saber que nuestra buena y recta naturaleza precede conforme a razón en nosotros -como vemos proceder a la naturaleza de las plantas, y por eso diferentes hábitos y maneras son más razonables en unas que en otras-, en quienes el alma ennoblecida procede ordenadamente por un camino simple, ejercitando sus actos a su edad y su tiempo, pues que a su último fruto están ordenados.
Y Tulio está de acuerdo con esto en el de Senectud. Y dejando a un lado la ficción que del diverso proceso de las edades emplea Virgilio en la Eneida; y dejando a lo que el eremita Egidio dice en la primera parte del Regimiento de