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—¿No sabías que el agua sería mi fin? —preguntó la Bruja en tono lastimero.

—Claro que no. ¿Cómo podía saberlo?

—Bueno, en pocos minutos dejaré de existir y tú tendrás el castillo para ti. He sido muy mala, pero jamás creí que una niñita como tú sería capaz de derretirme y terminar con mis maldades. Ten cuidado... ¡aquí me voy!

Así diciendo, cayó formando un montón de cenizas oscuras que poco a poco empezó a extenderse sobre las tablas del piso. Al ver que realmente no quedaba nada de ella, Dorothy llenó otro cubo de agua y lo arrojó sobre las cenizas, las que barrió luego hacia afuera. Hecho esto, recogió el zapato de plata, que era todo lo que quedaba de la vieja, lo limpió y secó bien y volvió a ponérselo. Después, al comprender que estaba en libertad de hacer lo que deseara, salió corriendo al patio para contar al León que la Maligna Bruja de Occidente había llegado a su fin y que ya no eran prisioneros en una tierra extraña.

CAPÍTULO 13

EL RESCATE

El León Cobarde sintióse muy complacido al saber que la Bruja Maligna se había derretido al entrar en contacto con el agua, y Dorothy abrió en seguida la puerta y lo dejó libre. Juntos marcharon hacia el castillo, donde lo primero que hizo la niña fue reunir a todos los Winkies y anunciarles que ya no eran esclavos.

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