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Pero la mística es el alimento de los relatos y las leyendas, la Historia que atesoran las generaciones.

* * *

En la UP, mientras mi madre trabajaba en el Servicio Nacional de Salud, papá entró a estudiar Agronomía a la Universidad de Chile. Era marzo de 1973.

Vivían en Peñaflor, un pueblo en las afueras de Santiago.

Mi padre tenía amigos en el MIR. Vivieron el desabastecimiento, pero nunca pasaron hambre, que yo sepa.

Mi padre, hasta hoy, recuerda a la UP como una época de felicidad de la cual le encanta hablar. Una época cuya felicidad, por otro lado, tampoco ha sido bien reseñada en nuestra historia.

Capítulo 3

El golpe militar

A mis padres, el golpe los pilló, de casualidad, en casa de unos amigos de Santiago en la Villa Olímpica, cerca del Estadio Nacional.

Tuvieron suerte, porque de haber estado en Peñaflor aquel día, difícilmente hubieran podido llegar a la capital y asilarse en una embajada.

A lo mejor yo ni existiría, ni este libro.

* * *

Ellos habían acordado previamente que, de suceder una asonada militar, debían reunirse con otros colombianos en el departamento de un compatriota de mi padre, que vivía con su familia cerca de la Plaza Italia.

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