Читать книгу Lágrima Dulce онлайн

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—¿Están afiliados a algún partido político?

—No. Y tampoco respaldamos el movimiento independentista, si era esa la siguiente pregunta.

Las cuestiones formuladas hasta ahora bastaron a la inspectora para darse cuenta del perfil de interlocutor con el que se enfrentaba. La mayoría de los casos albergan a viudas desconsoladas que, envueltas en lágrimas, otorgan las respuestas más asequibles que les venían a la mente. Este caso era diferente; el juez era un tipo inteligente, que enmascaraba su dolor bajo una coraza de hostilidad, y ello provocaba que la situación fuera más delicada si cabe.

Guijarro apoyó los codos en sus rodillas y entrelazó los dedos de las manos.

—El juguete sexual con el que apareció el cuerpo de su hija nos hace pensar que pudo haber violación. —La incomodidad que produjo en la inspectora esa argumentación fue percibida por el juez—. Estamos revisando las cintas de las dos cámaras de seguridad, pero aquella noche había casi cien personas en la fiesta, lo que dificulta la tarea. ¿Sabe si su hija tenía algún novio o algún amigo que frecuentase?

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