Читать книгу La peineta mágica y otros cuentos онлайн

6 страница из 10

Pero algo había ahí afuera, que no la dejaba en paz. ¿Era el tronar de la cascada que había visto a lo lejos? ¿Las caravanas de comerciantes cubiertos de polvo y con los ojos llenos de historias de tierras extrañas? ¿El apretón de la mano amiga que la asistió?

Era algo intenso, que la convocaba, y no tardó en decidirse a salir otra vez.

—Que se queden acá las señoritas prolijas y en orden, la profe con sus hortensias y todos los que están aletargados por los polvos mágicos y los espejos de colores. Yo voy a salir a disfrutar la vida. ¡Lo juro por Shiva!

Resultó que Shiva estaba justo en medio de su siesta reparadora después de pelearse con un enano y se levantó encabronado.

—Esta gente ya me tiene harto. Les doy todo; igual, no saben cómo arreglárselas, aparezco con piel de tigre, con disfraz de elefante…, nunca están conformes, nunca nada les viene bien. Haga lo que haga, siempre piden más, y después se quejan.

Y, así como son los dioses, les mandó una peste. Para que se entretengan. Y no simplemente una peste común, envió una epidemia horrible que descolocó a todas las personas del reino; había que tomar infinitas precauciones, cuidarse unos a los otros, y de los otros y de uno mismo. Era una época rara: los que estaban afuera, en la intemperie, querían entrar a la seguridad de los muros, y los que estaban recluidos en el castillo pugnaban por salir y ser libres. Esas cosas de locos que idean los dioses indispuestos y la gente a menudo transita de la peor manera.

Правообладателям