Читать книгу Un despropósito ecuatorial. Volumen I онлайн

126 страница из 198

Volvamos a la guerra.

Al estallar el conflicto Eduardo Dato se había apresurado a declarar la neutralidad de España, lo que no impedía que las simpatías de los españoles estuvieran divididas y hubiera aliadófilos y germanófilos. Entre estos últimos se encontraban claramente los claretianos, que en ningún momento disimularon su preferencia, a menudo publicada en Las misiones católicas.

La prioridad de Francia en la región consistía en recuperar el territorio cedido a Alemania en 1911, y por eso la primera acción de guerra en la zona fue un ataque al enclave que los alemanes llamaban Ukoko y los franceses Cocobeach (es curioso que los franceses, con lo chauvinistas que son respecto a la lengua, utilizasen una palabra inglesa). Casi en la frontera con el territorio español.

La batalla no tardó demasiado en ser resuelta. Perdieron los germanos. A principios de 1916 los aliados ocuparon Camerún.

¿Refugiados o presos?

De repente la colonia española adquiría un valor estratégico imprevisto: era el corredor para la evacuación de las tropas alemanas. Una avalancha de cerca de 45.000 personas se dispuso a cruzar el Río Campo en dirección a Bata. La guardia colonial con que Barrera contaba estaba compuesta por un puñado de oficiales y 431 soldados negros armados con viejos fusiles remington de solo un tiro y escasa potencia (más tarde serían sustituidos por los máuser -modelo 1893-).148 Una situación peliaguda.

Правообладателям