Читать книгу Un despropósito ecuatorial. Volumen I онлайн

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Pero eso no es todo; finalizada la guerra Guillermo Cabanellas se exiliará en Paraguay, donde se emplea como jefe de redacción del diario El País, con el tiempo convertido (así lo califica en sus crónicas Ernesto Giménez Caballero)192 en el órgano oficioso del presidente Stroessner, a cuyo director Pitiki el falangista solía enviarle cajas de botellas de vino por navidad.193

Edu, un amigo del círculo de Podemos en Paraguay que es historiador y está escribiendo su tesis sobre las relaciones entre Franco y Stroessner, me ha enviado una referencia a Cabanellas que encontró en un libro de Giménez Caballero:

…mencionar a Don Guillermo Cabanellas, natural de Melilla, que apareció por estas tierras en 1938 (si el dato es cierto no esperó mucho a ver cómo evolucionaba la guerra -se ve que no confiaba en la protección que pudiera brindarle su padre-) con una sólida cultura que le llevó a escribir sobre la geografía paraguaya.194

Hay que ver cómo se cruza todo.

Además de la geografía paraguaya, Guillermo describirá en un libro el conflicto español (La guerra de los mil días) y en otro la vida en Guinea (La selva siempre triunfa).

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