Читать книгу Un despropósito ecuatorial. Volumen I онлайн

91 страница из 198

Estaba merendando un plátano.

Debió de pensar, claro, que yo me había vuelto loco. Y tendría razón, porque lo que estuvo en aquel momento en juego no fue su psicosis sino mi miedo.

Las diferentes herramientas (antecedentes, tests, valoraciones, peritajes…) que se utilizan para ´delimitar el riesgo´ no son en el fondo más que un intento de traducir la incertidumbre en probabilidades, pero de ninguno de ellos vamos a lograr extraer seguridades. Y si hay alguien que se anime a darlas habrá que desconfiar de él por farsante.

El factor humano -como la novela de Graham Greene- es impredecible. Nadie puede garantizar que otra persona en el futuro no vaya a tener un comportamiento peligroso hacia él o hacia los demás, y tratar de cuantificar eso en término de posibilidades resulta sumamente atrevido. Temo que el apremio actual (desde luego lo que demandan los medios de comunicación) por protegernos redoble la presión para que, por si acaso, el mayor número posible de sospechosos sean preventivamente encerrados.

Правообладателям