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La antropóloga brasileña Alcida Ramos ha acuñado el término indio hiperreal para referirse a esos modelos primitivistas que son más puros que el indio de verdad.89 A tal sujeto ideal -que encandila a los indigenistas- se le supone en el bosque cazando, aunque eso implique que no tenga demasiado derecho a decidir sobre su propio futuro.

Estas cosas suelen tener implicaciones económicas. En concreto, la cuestión de si los indígenas deben o no ser considerados ´cazadores-recolectores´ es poco inocente. Y en Paraguay, mucho menos. Como la Constitución de 1992 establece que el Estado está obligado a garantizar a los indígenas terrenos conforme ´a sus peculiares formas de vida´, la manera como sea interpretada dicha peculiaridad tiene consecuencias en el sistema de tenencia de tierras y aleja la amenaza (o la esperanza -todo depende del lado de la mesa en el que uno se ubique-) de posibles expropiaciones por reclamos de territorios ancestrales. Es por eso que sectores poderosos, como La Asociación Rural del Paraguay, argumentan que lo de cazador-recolector ya es un rasgo del pasado.

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