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Con frecuencia los formatos -lo mismo los institucionales que los académicos- encorsetan la reflexión en lugar de alimentarla. Los manuales, por ejemplo, casi siempre tienen vocación de catecismo. Si uno se deja llevar por ellos acaba preocupado por cómo querrán que se cite en la American Psychological Association. Que les den.

Recelemos de que los apóstoles de las caligrafías no estén haciendo mientras tanto caja, a base de vendernos cuadernos de hojas con rayas.

Vuelvo a Rayuela:

…la gente que precisa de orden es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico (1) …quieren que todo esté en su lugar y que haya un lugar para cada cosa. (92) Como han juntado un montón de libros y se los han comido (ps) no son capaces de intuir por un solo segundo que las cosas puedan no ser así. (56)

Me da risa, porque en realidad son buenos muchachos y viven convencidos de que lo que estudian y lo que hacen son cosas muy difíciles y profundas. (ps) Son como coleópteros, aunque a cambio tengan que perder o ignorar todo lo que nace más allá de sus alas quitinosas, de sus patitas rígidas y contadas y precisas. (vm) Hacen lo imposible por cambiar el agua a los floreros y limpiar las huellas de los caracoles en las lápidas. (vm) Y por supuesto son incapaces de concebir un número cuatro en el que no quepan más que tres o cinco unidades (vm) o un caballo que se mueva como una torre que se mueva como un alfil (1) …pero las uñas, se lo juro, perfectas. (vm)39

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