Читать книгу Polarizados. ¿Por qué preferimos la grieta? (aunque digamos lo contrario) онлайн

15 страница из 30

Avancemos con las preguntas y los esbozos de respuestas. ¿Se trata de algo original o más bien de un fenómeno “importado”? Al sobrevolar el paisaje político de España, Brasil, Chile o Estados Unidos surge una primera impresión panorámica más próxima a la tesis del “oleaje epocal” que a la singularidad argentina. Desde una perspectiva panorámica es imposible no advertir que un mismo nervio de ira sacude la (¿engañosa?) tranquilidad de las democracias liberales y representativas. Nuevamente aparece la figura de la polarización en clave de “sinceramiento político”. De cualquier manera, al recorrer las calles interiores de esos escenarios nacionales se registran variaciones que conviene considerar antes de sacar conclusiones excesivamente universales. Lo que sí resulta evidente es que nuestro estado de polarización transita avenidas discursivas que tienen un visible aire de familia con los lenguajes y estéticas de los combates políticos de esas sociedades, más allá del inevitable “lost in translation”.

Правообладателям