Читать книгу Viene clareando онлайн

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Mi porvenir ya había sido resuelto: yo sería doctora.

Así es que ingresé a la Facultad de Medicina y estudié, estudié a conciencia, estudié porque amaba al estudio y a mi madre por sobre todas las cosas, y a la medicina también. Y me he mantenido al margen de lo que ocurre en Tucumán sin participar de la efervescencia política en que se ha vivido. No he leído de política. No he discutido, no tengo opiniones, ni he asumido compromisos de ninguna clase con los partidos, ni con la sociedad, ni con la historia; no he participado en los movimientos de lucha o de pensamiento como lo han hecho casi todos mis compañeros y amigos. Solo me he esforzado por llegar a ser médica, porque en mi casa siempre es escaso el pan para repartir y yo no podía darme el lujo de atrasarme en la carrera, menos, permitir que mi madre me mantuviera más allá del tiempo indispensable para recibirme y así empezar a trabajar y ayudarla con mis hermanos. La gente de mi edad ha estado llena de intenciones, las más de las veces, muy buenas, y de ideas nuevas, y muy preocupados en prepararse y preparar al mundo para los cambios que vendrán, y por eso es que muchos han dejado de estudiar o de trabajar, o se han esforzado más que el común de los jóvenes, haciendo grandes cambios en sus vidas, y en eso han puesto toda su fuerza y sus ilusiones. Mi novio era como esos compañeros, y a veces discutíamos porque yo no comprendía, hasta que él se accidentó y falleció antes de que pudiéramos ponernos de acuerdo sobre todas esas cosas tan importantes para él.

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