Читать книгу Las formas del árbol. 300 años de democracia en Chile онлайн
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Está por verse si con los avances de la inteligencia artificial será posible que las máquinas controlen por si solas las expectativas del mercado, aunque por ahora sí pueden manipularlo, conforme a una programación. Como dice Kai-Fu Lee, “los algoritmos utilizan cantidades masivas de datos de un dominio específico para adoptar una decisión que optimiza el resultado deseado”.32 En el caso cada vez más recurrente en que la producción es realizada exclusivamente con robots, al inicio y al final de la cadena siempre están las personas que jerarquizan necesidades y resuelven el problema del costo de oportunidad: los dueños y gestores de los robots (capitalistas) y los consumidores de los bienes que estas máquinas producen. Por lo tanto, se mantiene la vieja estructura de la cadena productiva: el dueño de la empresa ordena al robot qué producir y cómo producir; y el consumidor final decide si compra los bienes producidos. Esto es, qué, cuándo y cuánto consumir y a qué costo.
Un estadio más arriba del modo de vida de los homínidos que dependían de la caza, la pesca y de la recolección de frutos silvestres para sobrevivir, las primeras civilizaciones que inventaron la agricultura, hace unos 12.000 años, comenzaron a desarrollar sistemas productivos no solo para proveerse de los elementos básicos, sino también de otros bienes complementarios para alcanzar un mayor bienestar. Por lo tanto, la economía proporciona la base material sobre la cual luego se sustenta la mayoría de las actividades humanas. Basado en la dialéctica hegeliana, Marx sostiene que la totalidad de las relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, “la base real sobre la que se alza un edificio [Uberbau] jurídico y político, y a la cual corresponden determinadas formas de conciencia social” sean estas básicas o complementarias, o incluso superfluas.33