Читать книгу Tú y yo онлайн

42 страница из 65

Ya era septiembre y muy pronto comenzarían las clases en la facultad y tenía que decidir lo que iba a hacer y, dependiendo del día, disponía quedarme o regresar. Lo que tenía claro es que dejaría de vivir con Rosa, quien, por cierto, también trabajaba conmigo en Casey Jones. Un día se presentó borracha, pero ese no fue el mayor de los problemas. Venía con dos chicos españoles a los que se encontró en el metro, y como no tenían donde quedarse a dormir se los trajo a casa. Nuestros caseros nos tenían prohibido llevar a nadie a casa, y mucho menos a chicos, y Rosa se presenta con dos desconocidos. Les pedí que no hicieran ruido, que si se despertaba alguien de la casa nos echarían. Rosa se metió en mi cama y los dos chicos en la suya. A los pocos minutos tenía una locomotora en mi oreja roncando, mientras los otros dos reían entrecortadamente, pasando en muy poco tiempo a gemir sin disimulo. Sí, como te cuento. Se lo montaron allí mismo. Yo palidecía avergonzada y apenas respiraba por miedo a que se pudieran dar cuenta de que me estaba enterando de su juego. Entonces apreté fuertemente los puños intentando dormir de cualquier forma.

Правообладателям