Читать книгу Mejor no recordar онлайн

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El tren se paró en Moncloa y salí rápidamente del vagón. Subí las escaleras metálicas de dos en dos y a los pocos minutos me encontraba en la boca del metro. Caminé velozmente, sin prestar atención a la gente con la que me cruzaba, absorta en mi música. No tardé en llegar al bar donde habíamos quedado. Desde la ventana, pude observar a mis amigas en la mesa pegada a la pared. Como de costumbre, Carlota llevaba un vestido corto, dejando a la vista sus largas piernas, y lucía su característica melena rubia sobre sus hombros. Julia, bastante más bajita que Carlota, nunca se presentaba a un encuentro sin botines de tacón y aprovechaba cualquier ocasión para resaltar con maquillaje sus bonitos ojos verdes y sus voluminosos labios. Por otro lado, Ana era la que más se parecía mí. A ambas nos gustaba arreglarnos y maquillarnos para potenciar nuestro físico, pero ninguna de las dos éramos tan presumidas como Carlota y Julia. Aquella noche, al igual que yo, Ana había optado por un pantalón negro y una blusa elegante. Por último, Sofía, probablemente la más natural del grupo, siempre acudía con vaqueros y zapatillas, pero su pasión por la moda hacía que siempre fuese la más estilosa. Aunque todas tuviésemos personalidades muy distintas, siempre habían estado a mi lado cuando lo había necesitado, habíamos crecido juntas, y por eso, las quería con locura.

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