Читать книгу Mejor no recordar онлайн

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—Y, en lugar de intentar hablar conmigo como una persona civilizada —le interrumpí—, ¿preferiste gritarme e insultarme?

—Lo siento, Ale —dijo suspirando. La expresión de sus ojos, verdes claros, trasmitía que realmente estaba arrepentido.

—Ya lo sé. Pero no puedo —diciendo esto último me di la vuelta y entré en el salón. Tommy no me siguió, se quedó unos segundos solo en la cocina. Me sentí mal por no poder darle una segunda oportunidad, pero realmente no era lo que quería.

Sábado, 19 de enero del 2019

TRES HORAS ANTES DE LA DESAPARICIÓN

02:00 h

La fiesta siguió su curso tal y como lo habíamos planeado, divirtiéndonos y sumergiéndonos en una nube de emoción. Todos bebimos más de la cuenta, bailando y cantando canciones antiguas encima de las mesas y de los sofás. Aunque fuese su casa, Jorge fue el primero que decidió no contenerse y disfrutar de la noche. Hacia las dos de la mañana, decidimos salir del apartamento e ir a una discoteca. Sabíamos que, si nos quedábamos allí, por mucho que en ese momento nos apeteciese, los vecinos no tardarían en quejarse y nos arruinarían la fiesta. Queríamos seguir bailando, bebiendo, sin preocuparnos por nada. Por eso, pedimos varios Ubers y nos dividimos en tres grupos para caber todos en los distintos coches. El resto de los invitados de la fiesta, incluidos los tres hermanos de Jorge, decidieron permanecer en la casa, hasta que la policía les echase.

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