Читать книгу Mejor no recordar онлайн

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—Me estoy muriendo de frío —susurró Carlota. Miguel la abrazó con fuerza, envolviéndola entre sus brazos para darle calor. Sonreí al ver aquel gesto cariñoso. Miguel siempre me había gustado para mi amiga. Nunca había pertenecido a nuestro grupo, y él tenía a sus amigos, pero al haber estudiado en nuestro colegio, y haber estado durante años en su misma clase, le conocía bien. Era un chico tímido y reservado, pero de las mejores personas que conocía hasta el momento. Además, se veía a leguas que estaba profundamente enamorado de Carlota. Encajaba fenomenal con todos nosotros, y cada vez se hacía más amigo de los chicos.

—¡Ya está!, venid. —Luis se reunió con nosotros y, agarrándome de la mano e incitándome a hacer lo mismo con Julia para formar una cadena, nos condujo hasta la puerta.

Pasamos uno a uno, entre empujones, por delante de la fila, sintiendo como la gente que llevaba rato esperando nos miraba con mala cara por habernos colado. El puerta comprobó nuestros carnets de identidad, y observando que todos éramos mayores de veintiún años, nos invitó a pasar, entregándonos a cada uno de nosotros un vale por una consumición gratis en el reservado.

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