Читать книгу Mejor no recordar онлайн

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—No —respondió Luis negando con la cabeza—. Pero me ha contado que ella también pidió un Uber y que la recogió en la esquina de la calle, en la avenida principal. Exactamente donde estamos ahora. Al parecer, el callejón no permite el acceso a los coches. Con Alejandra tuvo que ser igual. El Uber seguramente la recogió en esta esquina.

—Si es que llegó a subirse a él —dije de golpe y deseando que no fuese así. Ojalá Ale estuviese a salvo, en casa de algún amigo, durmiendo, y que tan solo hubiese olvidado de avisar a su madre porque se había quedado sin batería.

—Espera, voy a llamar a la madre de Alejandra —dije de pronto agarrando a Luis del brazo, obligándole a detenerse junto a mí en la entrada del callejón.

—¿Por qué? —Luis me miró sorprendido. Si había algo que él nunca haría sería llamar a la madre de Ale en estos momentos. Por su forma de ser, intuía que no sabría manejar bien la situación, ni qué palabras decirle.

—Me ha llamado antes de llamar a Carlota cuando todavía estábamos en la discoteca. Me siento mal por no haber podido cogérselo. Además, quiero contarle que vamos a hablar con el portero. —Saqué el móvil y le devolví la llamada a la madre de mi amiga. Estuve hablando con Macarena durante unos minutos mientras que Luis me miraba inquieto y nervioso, pegando su oreja al móvil para oír las palabras de Macarena. Escuché atentamente lo que me decía, notando su voz trémula y sus ganas de llorar. Cuando terminamos de hablar, no pude evitar sentirme culpable por haber dejado que se volviese a casa sola. Tenía que haberme vuelto con ella.

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