Читать книгу Mejor no recordar онлайн

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—¡Vamos! —dijo Luis entrando en el callejón. Aunque estuviese amaneciendo, el callejón era oscuro y casi no se veía nada. Además, estaba completamente vacío. Me sorprendí al no haberme percatado de lo siniestro que era las dos anteriores veces que había pasado por allí. Ni siquiera recordaba haberlo atravesado cuando el taxi nos dejó en la esquina después de la fiesta de Jorge. Aumentamos todavía más el ritmo hasta alcanzar la puerta de la discoteca, que esta estaba completamente cerrada y desierta.

—No me lo puedo creer —se quejó Luis—. ¿Y ahora qué? No hay nadie. —Suspiré y me llevé las manos a la cabeza.

—¡Tiene que haber alguien! —Comencé a aporrear la puerta y a chillar mientras las lágrimas comenzaron a deslizarse por las mejillas. La impotencia y la rabia me recorrían el cuerpo. Luis se acercó a mí y separándome de la puerta, me abrazó.

—Tranquila, Sof —me dijo susurrándome y acariciándome la parte trasera de la cabeza—. Vamos a encontrarla. —Dejé que mi rostro se fundiese en sus hombros mientras me consolaba.

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