Читать книгу La conversión es un proceso. En las Confesiones de San Agustín онлайн
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2.3. Influencia desfavorable de la sociedad
Sobre la persona ejerce también una fuerte influencia esa especie de niebla que rodea todo y que llamamos sociedad. Los amigos, las instituciones, las profesiones, los valores reinantes y otros muchos aspectos, cubren todo el ámbito de la persona, y ejercen en ella una no desdeñable acción. Esa estructura de pecado que hemos visto reflejada en el ámbito de la familia y la educación, en la sociedad adquiere proporciones gigantescas. Agustín no es insensible a esta faceta y nos la presenta de este modo. Cuando uno vive según los falsos criterios aprendidos en la educación, la sociedad aplaude: “Yo no te amaba; y fornicaba lejos de ti, con tus criaturas y en mis fornicaciones oía de todas partes: ¡Bien! ¡Muy bien! Pues la amistad de este mundo es fornicación lejos de ti, y se dice: ¡Bien! ¡Muy bien! para que el hombre se dé vergüenza de no ser fornicador” (L. I, c. XIII).
Las costumbres sociales ejercen un peso sobre él, como si estuviera a merced del mar en una embarcación sin mando. “En el dintel de estas costumbres se encuentra el niño Agustín” (Cf. L. I, c. XIX y L. VI, c. VII), siguiendo el aliento de una sociedad que le proponía como único móvil el deseo de agradar a los demás.