Читать книгу Cetreros I. Profecía онлайн

90 страница из 104

Mientras esperaba y recuperaba el aire, vio el estado en que se encontraba un pequeño árbol cercano que él había «adoptado» no oficialmente. Nuevamente estaba casi totalmente cubierto de basura.

Meneando la cabeza, se dirigió hacia el pequeño prado y se inclinó a recoger los envases de cartón, un par de botellas de cerveza y papeles diversos que amenazaban con ahogar al valiente retoño que intentaba crecer en medio de tan hostil medio.

Vio de reojo que una pareja de niños de primaria lo observaba con una mirada de leve burla, y estuvo a punto de dejar el asunto por la paz, pero recordó una frase de mamá Lupe: «Solo los verdaderos valientes sostienen sus principios frente a una horda de necios, hijo».

Terminó su labor con el tiempo justo pensando que, en esos tristes momentos, la horda era realmente grande y que casi siempre los que hacían lo correcto no parecían valientes, sino simplemente locos o estúpidos.

—Bueno —se animó al depositar la última botella en un basurero cercano, lleno ya a rebosar—, al menos esto le parece atractivo a ciertas chicas. Espero que esto incluya a la vecina. —Rio suavemente—. Ahora, a correr con más ganas, Ed —dijo al ver que el autobús empezaba su recorrido. Salió disparado, corriendo un momento en paralelo al autobús, que avanzaba indiferente a sus gritos, tomando cada vez más velocidad y dejándolo finalmente atrás.

Правообладателям