Читать книгу Mueve tu ADN. Recuperar la salud con el movimiento natural онлайн

27 страница из 94

Siempre, el 100% del tiempo, estamos soportando cargas. La gravedad es una de las fuerzas a las que respondemos constantemente. Del mismo modo que nuestro cuerpo se vendría abajo y colapsaría si no tuviese huesos, los orgánulos presentes en las células no podrían responder a las fuerzas gravitacionales si el citoesqueleto no los sostuviese con firmeza en su sitio. Pero a pesar de que aquí, en la Tierra, la fuerza gravitacional es constante, las cargas producidas por la gravedad dependen en gran medida de la posición física –de la postura– que adoptemos con relación a dicha fuerza. Por ejemplo, la gravedad siempre está actuando sobre nuestros huesos, pero la carga que crea varía dependiendo de cómo estén alineados dichos huesos con respecto a la fuerza que ejerce sobre ellos. Pasar un mes en posición horizontal –algo muy común cuando hay que guardar reposo en cama– puede hacer disminuir tanto la masa muscular como la masa ósea. Ni la fuerza gravitacional ni los genes han variado, pero una posición diferente puede dar lugar a un cuerpo diferente.


Правообладателям