Читать книгу Mueve tu ADN. Recuperar la salud con el movimiento natural онлайн
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El movimiento, la posición y el estado de reposo de nuestro sistema musculoesquelético influyen enormemente en las condiciones mecánicas internas del organismo. A pesar de que concebimos el movimiento como algo que hacemos para entrenar el cuerpo y estar más en forma, la mayoría de la gente no se para a pensar cómo es que se produce esa «mejor forma». Bien, ahora ya lo sabes. Es precisamente mediante el proceso de la mecanotransducción como nuestra parte física se adecua (adapta su forma) a lo que experimentamos en el mundo físico.
O, dicho con más precisión, la expresión física que es nuestro cuerpo no es sino la suma total de las cargas que sufren nuestras células. Imagínate, por un momento, que estás en un bosque inmenso. El viento sopla por entre las copas de los árboles y tú miras hacia arriba para ver cómo estos se doblan hacia aquí y hacia allá. Algunos permanecen prácticamente inmóviles, mientras que otros se agitan mucho y se bambolean enérgicamente de un lado a otro. Cuánto y cómo se mueve un árbol en particular depende de la dirección e intensidad del viento y de cuánto tiempo esté soplando.