Читать книгу La constelación tercermundista. Catolicismo y cultura política en la Argentina 1955-1976 онлайн

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El encuentro de 1958 contó con la presencia del asesor general de la JOC monseñor Emilio Di Pasquo, del obispo de Mercedes monseñor Eduardo Pironio y de 135 sacerdotes de diversas diócesis del país.

Si los reiterados apercibimientos de la jerarquía eran señalados en el último editorial como el principal motivo de la decisión de dar por concluida la labor de la publicación, los debates suscitados con posterioridad a las presentaciones correspondientes a las tres temáticas del encuentro evidenciaban que la JOC atravesaba por sí sola una crisis de mayor envergadura. Esta derivaba tanto del escaso apoyo institucional como de la fuerte autocrítica que algunos de sus más destacados dirigentes hacían respecto de la metodología de trabajo utilizada. También tenía que ver con las tensiones que se registraban en la relación con los laicos y, en suma, en el fracaso en la formación de dirigentes por la que tanto se había bregado.37 Entre quienes sí confiaban en la validez del intento de reflotar la JOC se encontraba Enrique Angelelli. En su análisis “Revisión y plan en la JOC argentina”, sin dejar de admitir el estado de crisis en el que estaba inserta la organización, centraba su aspiración a que esta recuperase su vitalidad a partir del nuevo rol que consideraba debía conferirse a la organización parroquial. La ciudad de Córdoba, donde estaban naciendo barriadas obreras junto a las grandes fábricas automotrices y metalúrgicas, era un buen ejemplo del medio por excelencia al que debía llegar la influencia cristiana, renovando sus estructuras y sus formas de trabajo. Modificar la distribución parroquial, expandirse a los suburbios y fundamentalmente acercarse al “pueblo”, con un lenguaje acorde a sus vivencias, era un desafío que todavía la JOC podía proponerse de cara al futuro.38

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