Читать книгу El joven Pierre Vilar, 1924-1939. Las lecciones de historia онлайн
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De todo lo dicho resultaba que había sido animado [ encouragé en el original francés]. Era otra fórmula típica del Louis-le-Grand que no gustaba a Vilar, que decía no soportar ni la palabra ni el hecho. Hubo unos 10 o 12 animados junto a 65 estudiantes que no habían sido felicitados ni animados pero que figuraban en el cuadro de honor. Vilar podía observar cómo el desánimo se apoderaba de muchos compañeros. Algunos de ellos al año siguiente ya serían K3 y los profesores los conocerían más y quizá pasarían a ser animados. A Vilar no le gustaba este engranaje. Insistía en que, en caso de suspender aquel año, retornaría al sur, donde se encontraría con los profesores de Montpellier.
Los resultados del segundo trimestre mejoraron. El 29 de marzo, después del consejo de clase, a las ocho de la tarde, Chaton les notificó que aquella vez las felicitaciones habían abundado hasta un total de doce, entre ellas la suya. Vilar considera que todas eran merecidas. Les habían dicho, además, que él y Nivat habían sido los triunfadores, es decir, los que más habían progresado: «Habiendo mostrado los gráficos (¡porque se hacen gráficos!) una ascensión formidable, mientras que Lamicq, por ejemplo, continua en el mismo plano –elevado, ciertamente– y algunos –Camborde por ejemplo– han bajado hasta ni tan siquiera merecer los ánimos».