Читать книгу El joven Pierre Vilar, 1924-1939. Las lecciones de historia онлайн

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Entre todos los sermones a los que asistió aquel año, que fueron muchos, los que realmente atrajeron el interés de Vilar fueron los del padre Sanson. Se trataba de un predicador que inició con gran éxito un ciclo de conferencias en Notre-Dame el 5 de febrero de 1925. Las impresiones sobre aquel fenómeno de masas que, al mismo tiempo, como se sabrá más tarde, representaba un fraude intelectual, ya que los sermones habían sido escritos por Laberthonnière, un teólogo censurado por la Santa Sede, irían cambiando de un día a otro. El primer día le causó muy buena impresión, oratoriamente, e intelectualmente. Y sabemos que el 11 de marzo había hablado «de la inquietud humana, general y continua». Vilar escribe: «yo no me inquietaba demasiado, y a pesar de ello ¡hubo un instante!». Aquel día el padre Sanson les había hablado de imperialismos y parecía situarse en la izquierda. Todo lo había dicho muy bien, y Vilar piensa que algunos de sus pasajes «morales» habrían encantado a la tía. Había hablado del cristianismo como «solución de la inquietud humana». Vilar solo le reprochaba algunas conclusiones demasiado individualistas y el hecho de no haber alentado suficiente «la lucha por la justicia». A la salida, pudo escuchar algunas discusiones entre Jóvenes Republicanos, por quienes sentía simpatías, y camelots du roi. El 26 de marzo el padre Sanson criticó, justamente según él, a Anatole France. Y hace este comentario: «habla como Herriot pero no me atrevería a afirmar que piensa como él...». Herriot era, en aquellos momentos, como veremos, además del primer ministro de Francia, su ídolo político.


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