Читать книгу Breve historia de la Revolución онлайн

11 страница из 29

Antes de examinar detalladamente cada una de estas categorías, es importante ofrecer una definición de revolución común a todas. Zoltan Barany aporta una muy útil, de corte minimalista, según la cual se entiende por revolución «cualquier desafío popular dirigido de abajo hacia arriba, es decir, de las masas al régimen político establecido y o sus gobernantes»[1]. De modo parecido, yo creo que las revoluciones provocan cambios importantes en tres dimensiones políticas fundamentales: en el Estado, es decir, en el cuadro de líderes, sus instituciones y sus funciones; en segundo lugar, en la naturaleza y alcance de las relaciones entre el Estado y la sociedad, así como en sus respectivas interacciones. Y, por último, en la política imperante, o, por decirlo de otro modo, en la manera en que la sociedad concibe la política, las instituciones y los principios políticos, así como a sus líderes.

Por norma general, las revoluciones son sucesos de enorme magnitud protagonizados por las masas sociales, llevados a cabo gracias a la movilización de la población y con objetivos políticos concretos. A menudo, aunque no siempre, van acompañadas de grandes dosis de violencia, ya sea antes de la toma del poder, ya sea tras conquistarlo o bien, como es habitual, en ambos casos. Pero, contrariamente a lo que se supone, no siempre ni necesariamente implican medios violentos o son seguidas de periodos de terror. Por ejemplo, a finales de la década de los ochenta del pasado siglo, estallaron numerosas revoluciones en Europa del Este que, en comparación con otras épocas, no fueron especialmente violentas.


Правообладателям