Читать книгу Imparable hasta la médula. El cáncer como aprendizaje de vida онлайн

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—¿Me la puedo llevar al hospital de San Sebastián?

La pregunta de mi madre me sacó de mis pensamientos. Escruté su mirada con atención durante unos segundos, y después la de Maite, mientras trataba de poner orden en aquel sinsentido. Sin embargo, una vez más mis reflexiones fueron interrumpidas, esta vez por el doctor López.

—Puede llevársela sin problemas. Pero una vez allí tendrán que hacerle de nuevo todas las pruebas, y lo más conveniente ahora es empezar cuanto antes el tratamiento.

Estas últimas palabras fueron decisivas. No me sentía con fuerzas para someterme de nuevo a un sinfín de pruebas médicas conociendo de antemano el resultado. Me parecía retrasar la agonía sin necesidad. De modo que tomé la decisión de quedarme en Madrid, en un hospital conocido también como La Concha, sin medir las consecuencias y sin haber asimilado todavía la magnitud de la enfermedad. No tenía la bahía de San Sebastián cerca, pero tan solo el nombre me inspiraba confianza, y me invitaba a pensar en los paseos por la playa y los atardeceres en el mar.

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